Liliana Mariotto wrote: Soy la chica Mariotto, a.k.a. bernie. Mi nombre entero es Liliana Bernardita Mariotto Segura De Pizzol Pons Plá Botega (y no conozco más apellidos ilustres o sin lustre del árbol familiar), de modo que sí, suelo ser la chica mariotto, liliana para los clientes, bernie para las listas, nena para mi hermano y mis viejos, má para nico, mi hijo, horacia para Fiorella (fio), mi hija (porque el segundo nombre de mi marido es horacio, y un día decidió que le parecía muy gracioso, y más gracioso todavía llamarme horacia a mí). Después de todo, Claudia, te veo cara conocida.
Claudia Iglesias wrote:
Ya van tres mensajes de agradecimiento que empiezo, espero no tener que interrumpir este.
Gracias por todo a todos los que hicieron este encuentro posible. Mega encuentro por varias razones, los 106 asistentes al PowwoW, la duración a lo largo del tiempo (¿cuántos días? perdí la cuenta), y mega por lo grandes que son, ché
Yo ya me estoy acostumbrando a ese sentimiento de inquietud y ansias que precede el descubrimiento, ¡por fin! de la persona que conocemos a través de la pantalla. Ya he tenido mis sorpresas y mis confirmaciones, por lo que creo que estoy vacunada. Varias personas han hablado de lo engañoso de algunas fotos, seguro que con un gato o un dibujo no se engaña a nadie. Espero que mi foto no haya engañado a muchos (ya me dijeron que me imaginaban más alta
)
Todo fue lindo, para mí fue muy especial conocer a otros moderadores. Los moderadores trabajamos mucho paralelamente a lo que pasa en el sitio, y siento que son colegas con los que comparto más porque tenemos otro trabajo en común y nos “conocemos” mejor. También iba a conocer a mi “jefe”, que había visto en foto, pero les aseguro que en la foto no se nota lo bonito que es el color de sus ojos. Y cuando lo oí pronunciar sus primeras palabras en español en el PowwoW... Me sentí como quinceañera en concierto.
Bill le podría hacer publicidad a cualquier crema rejuvenecedora, a Paul le dijeron que hasta su pinta era chistosa, Aurora, por más que buscó, no le encontró las alas a Ceci (en serio, cuando esperábamos en el aeropuerto y había un montón de gente delante de nosotras me dijo ¿te imaginás que Parrot salga volando?)...
Pude conocer a Elena, que MEW bautizó de Barbie, conocí mejor a Mew ya que compartí habitación con ella (¿les cuento lo de la caja fuerte?), me gustó saludar a muchos nombres que por fin tenían volumen, como Patricia Lutteral, Raúl Wald, a nuestro agente turístico Robert Ingledew, Germán Portén, Tomás R. Bueno, con la chica Mariotto (que creo que no es Liliana) pasó algo muy raro porque hasta tenía la impresión de conocerla de antes, María Castro, ¡por fin nos conocimos! y tantos, tantos más.
Además de todo eso, el placer de volver a ver a los ya conocidos, empezando por mis compatriotas, porque la delegación chilena era muy representativa, y siguiendo con los que conocí el año pasado en Buenos Aires, me dio gusto pasar más tiempo con la encantadora Natalia Foce, yo no sé en qué andan los jóvenes argentinos que no se han fijado en ella (me va a matar), volver a ver a María Eugenia Deyá (otro encanto de persona), a Detlef, a la chica yugoslava cuyo nombre no recuerdo, a Susana Fij, etc. Pude volver a intercambiar unas palabras con Claudia, Guillermina que se veía radiante, Elinor, David, Nora, Mónica... Se me olvida mucha gente, espero no ofender a nadie. Me alegro de haber podido conversar un poquito con Andrea y con Clarisa.
Una mención especial para Silvina Morelli que se me acercó diciéndome “yo soy la que retaste el otro día”, me alegro de que la retada no fuera traumatizante
Los organizadores pensaron en todo y sabemos que es bien difícil organizarlo todo para tantos. Pero JL se pasó, porque parecía un papá cuidando que no atropellaran a sus polluelos cuando cruzábamos la Plaza de Mayo. Les cuento que todos se reían del inglés del guía del city-tour, cuando habló de los granaderos a caballo que tradujo como los no sé qué “by horse”.
Les quité a un visitante a los porteños, convencí a Paul de que se viniera a pasar los tres últimos días a Santiago, él estaba feliz, decía “conoceré dos capitales por el precio de una”. Entre mis argumentos para convencerlo le había dicho que vivía al pie de la montaña. Al pobre le tocaron tres días de diluvio y el primer día había tanta neblina que no se veían las montañas, el segundo su presencia se podía adivinar... Un tiempo horrible, pero menos mal, porque igual se enamoró de Chile (como también se había enamorado de Argentina, me da la impresión que se enamora fácilmente este hombre). Me repetía cuando lo llevé fuera de Santiago “tenéis un país precioso”. Prometió volver, espero que sea pronto.
Chicos, gracias y sigan viviendo la vida
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Claudia
[Edited at 2004-08-07 03:39]