Off topic: Aprender a decir \"Te Quiero\" Thread poster: Daniel Alcaine-Rich, M.V., BSc (X)
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Daniel Alcaine-Rich, M.V., BSc (X) 
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Llegóse un día al calendario y aterrizó un lunes en el 2003, así a mediados de abril, el clima era bastante bueno en casi todas partes y las ballenas jorobadas se adentraban en aguas de la península de Terranova,
y ocurrió algo peculiar.
Helena, que se acababa de levantar, y que acostumbraba a saludar con un forzado veloz \"bns dís\" al portero de madrugada de su lujoso edificio en corazón de la city, le espetó un sonoro y afectuoso ... See more Llegóse un día al calendario y aterrizó un lunes en el 2003, así a mediados de abril, el clima era bastante bueno en casi todas partes y las ballenas jorobadas se adentraban en aguas de la península de Terranova,
y ocurrió algo peculiar.
Helena, que se acababa de levantar, y que acostumbraba a saludar con un forzado veloz \"bns dís\" al portero de madrugada de su lujoso edificio en corazón de la city, le espetó un sonoro y afectuoso \"Te quiero, John\". Como solía andar enharinada en asuntos de gran nivel y no menor complejidad, se calculó que había sido un lapsus del subconsciente, aún no recuperado de los delicatessen amatorios del weekend.
Armando, en el Panamá, era el tópico hombre hecho a sí mismo, y nunca, jamás, dejaba de armarse, cada mañana, de todo su arsenal y salir a guerrear con quien hiciese falta. A la misma hora a la que a Helena su más fiero y competitivo enemigo (léase compañero) de trabajo le susurraba un sonrisado Te Quiero en la que estaba resultando ser la jornada más extraña que recordase en el emporio, a Armando dientes de cuchillo se le escapaba un sonoro ¡Os Quiero! para estupor general de su cuadrilla de estibadores así mientras aparcaba el auto en su estacionamiento VIP.
Sai Ku, en la hora de poniente junto al lago Takimoshi, nunca osó hablarle de tú a sus por él reverenciados progenitores, pero mientras apartaba a un lado el brillante hígado rosado de un pez globo, algo misterioso debió ocurrir para que les dijera \"Os quiero\", y ellos asintieran repetidamente con la cabeza sorbiendo cada uno tres noodles que trazaron extrañas curvas arriba y abajo estilo cola de caballo al viento.
Sucesos parecidos se vivieron, si bien minoritariamente, en Dakota del norte, Medellín, Buenos Aires, Sao Paulo (nadie lo notó), Dakar, Oran, Zurich, Bucarest, Ankara, Novosibirsk, Karachi, Calcuta, Hanoi, Shanghai, Sydney, Wellington... en fin, ya me entendéis.
No fue hasta la noche del miércoles, en cada puntito del globo, empero, cuando los noticiarios y rotativas de todos los países del mundo reflejaron lo que ocurría.
Primera plana, Noticia del día:
<< ¡Una ola de \"te quieros\" recorre el mundo!. Cómo ustedes ya sabrán, desde hace tres días un extraño evento viene produciéndose simultáneamente en todo el globo. Un ochenta y nueve por ciento de la población ha pasado a amar a sus semejantes, así de repente, como se evidencia por la ola de \"Te quieros\" que recorre la Tierra.
Expertos consultados de la OMS atribuyen el hecho a un virus desconocido del que afirman que sorprendentemente no afecta al ser humano en ningún otro modo, y que se hace querer.
\"Estamos investigando el por qué, cuando lo observamos por microscopía electrónica, nos invade una compulsión irracional que nos obliga a decir Te Quiero como si de un ataque de hipo se tratase y además nos sentimos tremendamente atraídos por el germen\", declara Eyelo Byu, del Alto comité de investigaciones con sede en Ginebra.
Otras fuentes hablan de una terrible maquinación obra de extraterrestres que de algún modo han escapado a la vigilancia electrónica de los satélites geoestacionarios de las principales potencias, así como a la de los observatorios avanzados con base en la Tierra y de la Estación Orbital Internacional (EOI).
Estamos realizando el seguimiento exhaustivo de esta noticia.
Les Queremos. >>
En los Estados Unidos unos pocos, contados gerifaltes consiguieron, no sin la ayuda de una tremenda fuerza de voluntad, declarar el Código Rojo, también conocido como Delta Siete, mientras que en otras naciones avanzadas, por ejemplo, España con su flamante fulminante Ministerio de Asuntos Exteriores al frente, o en el mundo árabe con sus ojivas ocultas pero prestas para cualquier contingencia, o en ... se activaron medidas equivalentes.
Pero el viernes se hizo evidente que nada podía detener el imparable avance y extensión del insólito milagro. Las tropas andaban haciendo el amor por los cuarteles... En las líneas atrincheradas de las antaño fronteras más problemáticas y tensas se respiraba un aire de liberación (junto con efluvios etílicos de las más diversas clases)... Toda clase de armamento, cuchillos de cortar carne inclusive, se disolvía en una reacción fisicoquímica sin precedentes en la historia de la ciencia... En las calles y en los hogares, y también en los parques, selvas, palacios, edificios corporativos, en resumen, en todas partes, la especie humana parecía enfebrecida por una inquebrantable, tozuda resolución de quererse, y de quererse mucho por cierto... Caricias, besos, verdaderas orgías... La gente quería hasta a las piedras, a las paredes, a los volcanes...
Y así, el monumental desenfreno prosiguió hasta el sábado noche, exactamente hasta las 23.59, hora del meridiano de Greenwich.
En ese instante, cualquier observador ubicado en las proximidades del sistema solar hubiera presenciado cómo sendos ascensores espaciales, de dimensiones formidables y suspendidos respectivamente sobre el polo norte y el polo sur, aspiraron con suma delicadeza a los habitantes, por otra parte del todo ajenos a lo que ocurría, del llamado planeta azul.
Excepto que no hubo ningún observador. Los ascensores se unieron formando un anillo cósmico, y a las 00.01 horas del domingo a mí qué me importa la fecha de 2003, el género humano ascendió a las alturas y se convirtió en (y no antes) ... [ese asunto de los] dioses, divino.
En fin, ya me entiendes amigo, ¿Qué Pasa, Colega?, ¡Ey, pásame el güisqui, que sacabao\'l vodka!
Pos-data: los niños se quedaron en tierra, eso sí, y, sin la maldita, perniciosa influencia de sus mayores, se lo pasaron en grande y se quisieron, ¡vaya si se quisieron!. No les fue necesario, en absoluto, aprender a quererse.
Y colorín colorado, todos fueron extremada, intensamente felices, y este cuento se ha acabado. ▲ Collapse
| | | | | ¡Qué lindo sueño! | Jan 26, 2003 |
Ojalá, Dani, que tu cuento pueda ser una realidad para todos...
Gracias por compartir tus letras y deseos con nosotros 
ALE
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