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Source text - Spanish I. Tiempo libre.
El trabajo nunca fue objeto de culto en Rusia, y, a diferencia de los alemanes o japoneses, no somos, de ninguna manera, adictos al trabajo. Y hasta en su puesto de trabajo los rusos prefieren dedicar su tiempo a resolver problemas personales, disfrutando de amenas charlas con sus colegas, o inmersos en historias sentimentales, o bien, haciendo pequeños hurtos. En cualquier caso nos sentimos mucho mejor en las horas libres de trabajo. Más abajo citaré los modos preferidos de pasar (o matar) ese tiempo.
1. “Dacha” (la casa de campo o segunda residencia.) Es una casa de campo con una pequeña parcela, convertida en un objeto de culto de toda Rusia. Para la gente rica es una casa lujosa (que ha de estar siempre situada en un sitio “de prestigio”), que desempeña el papel, a la vez, del símbolo que refleja la posición de su dueño en la sociedad, es un castillo - fortaleza y el lugar para relajarse. Los últimos años se ha puesto de moda el convertir las dachas en el lugar habitual de residencia, usando los pisos urbanos solo para pasar alguna noche o para citas amorosas. Mientras tanto, para los pobres la dacha es el modo de supervivencia. Tomando en cuenta que los precios en Rusia casi no se difieren de los europeos (incluyendo los productos de alimentación), los sueldos son de 10 a 20 veces más pequeños, por eso la mayoría de las familias convierte sus dachas en las minúsculas granjas, donde, en un metro cuadrado, se cultivan patatas, coles y pepinos, haciendo acopios para todo el año. La temporada de las dachas dura desde el mes de Mayo (la siembra) hasta el mes de Octubre (la cosecha.) En invierno casi nadie vive en las dachas pobres de gente humilde: para empezar, hace frío, y además, no se puede cultivar nada.
2. Embriaguez. Es difícil de creer, pero, de acuerdo con la estadística, en Rusia anualmente fallecen unas 50000 personas a causa del consumo de bebidas alcohólicas (debido a su baja calidad y adulteración o por el abuso en el consumo.) La mayoría son hombres. Es ese factor – que no tiene nada que ver con la guerra o con la criminalidad - que ha llevado a que la diferencia entre el promedio de vida de hombres y mujeres alcanzara unos 13 años, o sea, es la mayor diferencia que existe en el mundo (el promedio de vida de los hombres es de 59 años y de las mujeres es de 72 años.) Esta diferencia podría ser aún más importante, pero, de acuerdo con la estadística, en Rusia cada año mueren de 12 a 14 mil mujeres de la mano de sus maridos. En la mayoría de los casos, estos maridos están borrachos. Las cifras reflejan la dantesca escala de embriaguez de los rusos en su tiempo de ocio. El vodka es barato. Pero cuesta muy caro.
3. Cultura. A todo lo dicho hay que añadir que Rusia es un país culto. En la época soviética el Estado llevaba a cabo la política dirigida para promocionar la cultura. Desde siempre La URSS ocupó uno de los primeros lugares del mundo por el promedio de asistencia a los espectáculos, los conciertos, los cines y los museos. Hoy día el Estado gasta muy poco para los subsidios a la cultura, e invierte sólo en las manifestaciones culturales más prestigiosas: los teatros más grandes, las filarmónicas y los museos. En los últimos años las nuevas estructuras capitalistas, o sea, los bancos, las compañías petroleras etc. han empezado a demostrar su interés para patrocinar la cultura, lo cual ha animado notablemente el ambiente, sobre todo, de la vida cultural y teatral. Analizando el contenido del fenómeno cultural, me puedo aventurar a decir que la cultura rusa contemporánea y el arte ruso son los más apolíticos del mundo. La mayor parte del tiempo está dedicado al mundo de espectáculo y variedades, junto con un poco de filosofía y el “arte por el arte”, y casi no hay lugar para los comentarios críticos referentes a la situación del país. Y eso se observa tanto en los teatros académicos como en los espectáculos callejeros. No creo que se pueda aludir a las razones comerciales, lo que pasa es que el pueblo está cansado de problemas y tiene miedo al poder.
Translation - English I. Free time
Work has never been revered in Russia; unlike the Germans and the Japanese, Russians are not workaholics. Even in the workplace, Russians prefer to spend time dealing with personal problems, chatting with colleagues, becoming involved in romantic relationships, or indulging in minor theft. Whatever the case, we feel happier in our free time. Listed below are the most popular ways of spending (or wasting) this free time.
1. The dacha, very often no more than a ramshackle wooden structure built on a small plot of land, is an object of worship throughout Russia. For the rich, it is a luxury house (which must always be located in a “fashionable” area), which serves as both a status symbol and a castle, a refuge to get away from it all. In the last few years the trend has been to turn dachas into permanent residences, using the city apartment as a place to sleep over from time to time or as a love nest. On the other hand, for the poor, the dacha is a means of survival. Bearing in mind that prices in Russia vary little from those in Europe (including food), and wages are 10 to 20 times lower, most families turn their dachas into tiny farms where every square metre is used to grow potatoes, cabbages and cumbers, which are stockpiled for the winter. The dacha season lasts from May (sowing time) to October (the harvest). In winter almost nobody lives in the lowliest dachas; it’s too cold and nothing can be grown.
2. Drinking. It is difficult to believe, but, according to the statistics, around 50,000 people die every year in Russia from consuming alcoholic drink (owing to either abuse, low quality products or adulteration). This problem mainly affects men. This factor, which has no relation to war or criminality, means that the difference in life expectancy between men and women has risen to 13 years, a world record: the average life expectancy of men is 59 and that of women is 72. The difference could be even greater were it not for the 12 to 13 thousand women killed by their husbands every year. Those husbands are mostly drunk. The statistics reflect the horrific scale of Russians’ drinking. Vodka is cheap. But it carries a high cost.
3. Culture. Despite everything, Russia is a civilised country. During the Soviet era the policy of the State was to promote culture. The USSR occupied one of the first places in the world in attendance at theatres, concerts, cinemas and museums. Today the State is miserly in its handouts to culture, investing exclusively in the most prestigious cultural events: the biggest theatres, orchestras and museums. Lately the new capitalist structures, that is, banks, oil companies, etc. have began to show an interest in sponsoring culture, something that has notably invigorated cultural life and the theatre. An analysis of these phenomena leads me to conclude that contemporary Russian arts are the most apolitical in the world. For the most part, they are concerned with show business and variety shows, together with a touch of philosophy and “art for art’s sake”, and there is virtually no room for critical remarks about the condition of the country. This is true of both official and street theatre. I do not believe it has anything to do with commercial reasons. The fact of the matter is that people are tired of problems and are frightened of power.
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